Contouring, strobing, baking, tantouring...
Durante el 2015 no hemos tenido mes que no apareciera en ningún medio de
comunicación o red social esta novedosa técnica. Este maquillaje ha sido todo
un éxito durante los últimos años. Consiste en aplicar luz y sombre en el
rostro para crear volúmenes y esculpiendo las facciones según se desee.
Proveniente del mundo de la pintura, cuando se aplica al maquillaje, el color oscuro se emplea en los puntos donde la cara genera sombras, por debajo del hueso del pómulo, por el puente de la nariz y en la papada, de forma que se reducen ópticamente las facciones donde se aplican.
Por el contrario, el color claro, aporta luz y se administra en medio de la frente, en los pómulos y sobre el puente de la nariz. Los iluminadores rellenan y destacan.
No es una técnica que se pueda utilizar en todos los
rostros, por eso debemos analizar nuestra piel y si ya de por sí nuestras
facciones ya son marcadas. Tampoco es sencillo de aplicar. El maquillador tiene
que discernir qué zonas necesita definir en un determinado rostro, y trabajar
con destreza la aplicación de los productos para evitar algunos de los fallos
que se observan en los maquillajes de algunas celebrities en sus apariciones públicas,
como no difuminar correctamente, iluminar en exceso o no elegir bien los tonos.
Y esto, ¿cuánto se tarda en hacer?
Ante tanto colorido una se plantea si esta técnica debe confinarse a momentos BBC (bodas, bautizos y comuniones, a los que se puede añadir algún sarao de postín), o, por el contrario, es fácil de abordar un lunes por la mañana para ir a trabajar. Tenemos que diferenciar entre dos tipos de contouring. Para diario, o incluso, para una noche especial, un contorneado natural pero eficaz nos ocuparía solo diez minutos. Ojo, esos diez minutos de contorneado empiezan a contar una vez se ha completado la fase de fondo de maquillaje, corrector y sombras de ojos. Que por lo general suele durar otros diez minutos para homogeneizar la tez, camuflar rojeces, ojeras y granitos varios. Agnieszka Pazdzior, jefa de formación de Benefit España, reduce bastante más el tiempo. “Si trabajamos el rostro con bases líquidas tardaremos unos tres minutos. En cambio, con bases en polvo puede estar listo en un minuto”. Eso sí: mejor practicar con antelación. Las prisas matutinas pueden jugar una mala pasada.
¿Esto de verdad queda natural?
Otra gran duda que nos asalta ante el milagro de Kardashian o cómo parecer otra a manos de un buen maquillador es si tanto contouring nos dejará demasiado ‘producidas’, poco naturales o con el temido gesto de estatuilla. Si aplicamos muchas capas, el maquillaje quedará muy cargado. Su recomendación es optar por productos en polvo que no enmascaran la piel. Para ir a la oficina mejor aplicar un suave trazo de polvos oscuros con una brocha gruesa en la línea del óvalo facial y algo de colorete suave. Nada recargado y, sobre todo, rápido de aplicar.
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